López Calo nos recuerda que son pocos los datos biográficos sobre el Maestro Mateo (arquitecto y escultor, maestro de obras del Pórtico de la Gloria, cuyos dinteles datan de 1188). En el tema que ahora nos ocupa, de los 24 Ancianos-Reyes Músicos, señala que de antecedentes escultóricos francés “no parece haber sufrido influjo alguno directo e importante de los Ancianos en la parte superior del Pórtico, en forma semicircular, que pronto se había hecho la habitual.- de los pórticos francés: ni de Oloron, de Aulnay, etc., ni, tanto menos de Moissac”. Otra cosa es muy distinta respecto a influencias de templos españoles, pero mejor será leerle…
Texto que transcribimos del ensayo “El Pórtico de la Gloria: sus instrumentos musicales”, de José López Calo, del libro La catedral de Santiago de Compostela. , VV.AA, Caja de Ahorros de Santiago, 1977.:
Cuanto a España es difícil dar una opinión segura por lo impreciso de la cronología. Excluidos algunos casos porque no representan la escena de los Ancianos en su integridad (San Isidoro) o por su primitivismo (Perazancas, Ripoll —cuyos Ancianos, dicho sea de paso, tienen copas, no redomas—, etc.), quedarían entre los posibles modelos del Maestro Mateo, Jaca y Soria: en Jaca, en un precioso capitel de comienzos del siglo XII—por tanto anterior a Mateo— hay esculpidos varios instrumentos musicales, fídulas, arpa, salterio. Pero no parece pueda admitirse influjo importante pues se reduciría simplemente, caso de existir, a copiar los instrumentos, ya que la disposición de éstos en Jaca no tiene nada que ver con los de Santiago. Y ni siquiera esa supuesta copia, pues los de Jaca son notablemente más rudimentarios que los del Pórtico de la Gloria.
Aunque, lógicamente, el problema deba considerarse en su integridad, y para una solución que pretenda ser definitiva haya que considerar todos los aspectos y partes de tan complejas obras de arte, aquí y ahora debemos decir, por lo que a los Ancianos y sus instrumentos se refiere, que no parece fácil admitir que el autor del Pórtico de Soria conociese el de Santiago, puesto que eso habría supuesto un notable retroceso, difícil de admitir en un artista de la categoría del que construyó el de Soria: los instrumentos de éste son menos variados que los de Santiago y sobre todo notablemente más rudimentarios. Muestran, en cambio, un claro influjo francés: las fídulas son idénticas a las de Moissac; los Ancianos, en cambio, recuerdan a los de Aulnay. Pero tienen más movimiento —varios están tocando— y una expresión en los rostros de algunos que los asemeja a los de Santiago.
También hay un organistrum, pero lejos de estar en la magnífica posición en que lo puso Mateo, en lo más alto del arco, está totalmente descentrado, casi al final de la parte derecha. En cambio, los dos Ancianos lo están tocando en forma idéntica a la de Mateo. El instrumento es más rudimentario que el del Pórtico y, de nuevo, recuerda, por su forma, por los agujeros sonoros y por lo estrangulado del cuello, a los instrumentos de Oloron.
En resumen: difícil parece poder admitir que Soria sea copia de Santiago, y, a no ser que la seguridad de fechas u otras consideraciones decisivas lo desmientan, más parece aceptable que Mateo se hubiera podido inspirar en aquél. Pero aun así, se podría muy bien concluir con López Ferreiro, cuando, después de su suposición de que Mateo se hubiera podido inspirar en Ripoll o Vezelay, en cuyas figuras habría encontrado "elección adecuada de asuntos y unidad de pensamiento-, concluye: "con todo, de la ejecución, de la disposición de partes, y de lo trascendental de los conceptos allí expresados, no debió haber quedado Mateo completamente satisfecho".
Una de las innovaciones más geniales del Maestro Mateo al representar los 24 Ancianos con sus instrumentos, fue la idea de concebirlos no en actitud estática, sino en una forma que indicara movimiento, vida. Para ello los puso, no con los arcos de los instrumentos apoyados en las cuerdas, como ensimismados cada uno en lo que hacía, ni tanto menos con los instrumentos simplemente cogidos en la mano, casi pasivamente, como hacían los artistas franceses, sino precisamente en el momento de afinar los instrumentos. Pero dio un paso más: los puso de dos en dos, dándose el tono uno al otro, mirándose, con lo que están como comunicándose algo, casi hablando. Naturalmente, esto solo no habría bastado: hacía falta el genio de Mateo para darles aquella expresión de vida que tienen en los rostros y en las manos, y que de verdad es única en este tipo de escultura románica.
Fue ésta una cosa que Mateo no copió de nadie, pues ninguno de los portales anteriores a él —al menos de los que se conservan— adopta esta disposición.
Si había, en cambio, otros modelos de la colocación de los Ancianos en arco alrededor del Pantocrátor, y que era la normal, salvo casos excepcionales, como Moissac o Ripoll, o en los más primitivos, como León.
También es original, y de bello efecto, la lógica disposición y distribución de los instrumentos dentro del semicírculo: las fídulas y vielas están armónicamente distribuidas, reservando las de forma más compleja y más bella para la parte central- superior, al lado del bellísimo organistrum, que corona la obra, y poniendo a cada lado un arpa y dos salterios, de los cuales, y siempre a cada lado, uno vertical, mayor, y uno horizontal, menor (lám. 2.a).
Fue ésta una innovación personal de Mateo, para la que, en el modo más absoluto, no tuvo predecesores.
El hecho de poner los Ancianos en el momento de afinar los instrumentos llevó consigo una consecuencia inevitable: que ninguno de ellos tiene arco. En cambio sorprende, precisamente porque pone a los Ancianos afinando los instrumentos, que falte, en las arpas y salterios, la llave de afinar, excepto en el arpa de la parte derecha, y que otras representaciones anteriores ponían. Bien es verdad que estas representaciones con la llave de afinar estos instrumentos son de pintura, mejor dicho, de miniatura, y no de escultura, excepto en un solo caso, y que es dignísimo de notarse porque corrobora lo que antes decíamos: es en Soria; el Anciano que tiene el arpa (penúltimo del lado izquierdo, hacia arriba) sí tiene una llave de afinar, y la está usando precisamente en la misma cuerda que está pulsando con el dedo. La llave de Mateo es exquisita en los detalles y contrasta con lo rudimentario de la de Soria, que recuerda, una vez más, los modelos franceses.
Esta concepción general de esta parte del Pórtico de la Gloria, de estar los Ancianos en actitud de afinar los instrumentos, la captó perfectamente Rosalía de Castro cuando, con intuición poética, escribió:
Parece
qu'os labios moven, que falan quedo
os uns c'os outros, e alá n'altura
d'o ceo a música vai dar comenzo,
pois os groriosos concertadores
tempran risoños os instrumentos.
NOTA COMPLEMENTARIA: En Soriaymas inicié hace ya unos meses una serie de artículos en torno a los diversos enigmas que plantea Santo Tomé de Soria. Uno de los elementos iconológicos que enlazan igualmente esta iglesia soriana y el Pórtico de la Gloria es la representación de la Trinidad. Sobre el hermetismo de los Ancianos Músicos también escribí un artículo.
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