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jueves, 28 de enero de 2010

Catedral de Compostela en el Camino de Santiago (7)

Un pequeño rosetón y un Pantocrátor, con su simbolismo, son las últimas imágenes del museo arqueológico de la catedral compostelana de las que hablaremos.

Hélo aquí, del taller del maestro Mateo, segunda mitad del s. XII. ¡Qué hermosura!



En Soriaymas escribí hace un tiempo sobre el rosetón más fascinante que he conocido porque, en vez de ser de piedra calada y estar en las fachadas es un bajorrelieve de mármol y se encuentra en el suelo del baptisterio de Florencia (Italia) representando al Zodíaco con el sol en su centro, lo cual me hace pensar que "ladinamente" expusieron allí una visión holocéntrica del Cosmos cuando, la doctrina católica, lo que defendía era la opuesta, con la Tierra en el centro y las esferas celestes girando en torno suyo, teorías ambas que -aparte de su referente astronómico-, tiene uno astrológico-esotérico, mas no es éste lugar para hablar de ello.

Supongamos que las estrellas de ocho puntas representan ocho esferas celestes del Cosmos, y que la rosa de doce arcos entrecruzados del centro es la "rueda zodiacal", siendo el centro total el Empíreo. ¿Podría ser, en efecto, una representación plana de las esferas celestes..? Creo que sí.

En todo caso es un mandala que nos incita a la meditación.

La otra imagen es la del Pantocrátor que, muy posiblemente, sea el que hubo en la Puerta del Paraíso, de la que ya hemos hablado cómo era. Estaba en el tímpano.




El Libro de los Peregrinos dice, concretamente:"Sobre la columna adosada al muro que por la parte de fuera separa los dos pórticos, está sentado el señor en trono de majestad, impartiendo la bendición con la derecha y con un libro en la izquierda. Rodeando el trono, y como sosteniéndolo, aparecen los cuatro evangelistas..."

Así, pues, se representaba al Cristo del Apocalipsis, como Señor del Cosmos Todopoderoso, rodeado por los cuatro evangelistas, generalmente en representación teriomórfica. Cristo Pantócrator es el alfa y omega, el principio y fin de todo lo existente, del Cosmos. De Él proviene todo y a Él retorna. Con una mano bendice y con la otra quizás sostenga el libro del rigor, donde están escritos los hechos de cada ser y que serán juzgados el Último Día, según la escatología del Apocalipsis de Juan.
Complementando lo dicho, cabe recordar que en el Pantocrátor de San Isidoro de León y el de San Clemente de Tahull (Lérida), en latín, podemos leer pintado en el libro: "Yo soy la Luz del Mundo". El libro, por tanto, podría interpretarse también como un emblema del Mundo, del Cosmos, pues en el esoterismo medieval -por ejemplo en el musulmán-, los seres son letras, y todo lo creado también, surgidas de la Luz de Luces. En tal caso, la mano alzada sería quizás símbolo de la autoridad espiritual y de magisterio.