Extraído del reportaje SANTIAGO Y LOS MITOS HINDÚES, de la serie EL OTRO LADO en Soria Semanal. Ángel Almazán – 27 de febrero de 1993
En Santiago Apóstol confluyen varios arquetipos, como el de la peregrinación, esto es, el del peregrino que siente la vida como tarea espiritual y el cuerpo como una vestimenta terrestre del alma. Y puede verse también en éste la figura de una carta que me es muy entrañable en el Tarot, como es el Loco.
La concha es uno de los de los emblemas de este peregrinar santiaguista. Vieira en gallego, venera en castellano y, crípticamente, vera (verdad). La concha nos recuerda el nacimiento de Venus, que pintara Boticcelli, y por tanto es símbolo de fecundidad y en China simboliza la prosperidad.
En las leyendas de Santiago aparece también un perro, toros y la reina Lupa (Loba). Igualmente están los peces y el arca, así como otros muchos símbolos cuya interpretación exigirían redactar un libro.
Pero ahora me quiero centrar en la relación simbólica existente de Santiago con los Vedas de la India que he podido descubrir esta semana. Vishnú es una de las tres formas sustanciales de la divinidad en su aspecto conservador del Mundo y, por tanto, como Salvador, como lo fuera Cristo. El principio divino de Vishnú desciende a la tierra cuando ésta y los hombres le necesitan y toma entonces formas de vida terrestres en su encarnación de Avatara (como un Mesías).
En la cosmogonía indoaria el tiempo es cíclico con sus fases de creación, desarrollo y destrucción, lo que se lleva a cabo en los Manvataras, que duran millones de años (subdivididos en Yugas). Pues bien, al final del Manvatara que precede al actual, Vishnú adoptó la forma de un pez como Avatara y se apareció a Satyávrata (el Noé védico) –nombre que significa “Consagrado a la Verdad”-, comunicándole que iba a destruirse el mundo con un diluvio y que construyese una arca en la que debía de encerrar los gérmenes del mundo futuro, y que le guiaría durante el diluvio en forma de pez.
Este pez singular en el que está como Avatara el dios Vishnú enseñará a los hombres el Veda una vez acabado el diluvio, es decir, al comienzo del actual ciclo o Manvatara. Y el Veda es el Conocimiento Sagrado, la Revelación Primordial que actúa a través del Verbo.
Y dice la mitología de la India que el Veda, durante el cataclismo del diluvio, entre Manvatara y Manvatara, estaba encerrado en la concha, que es uno de los principales atributos de Vishnú, como asevera René Guénon.
Y dice la mitología de la India que el Veda, durante el cataclismo del diluvio, entre Manvatara y Manvatara, estaba encerrado en la concha, que es uno de los principales atributos de Vishnú, como asevera René Guénon.
Pero no acaba aquí la coincidencia en los símbolos puesto que aún falta sacar a la luz una correspondencia con el simbolismo de Santiago Matamoros.
Los Vedas de la India dicen que la última encarnación de Vishnú, el último Avatara del actual ciclo temporal, es Kalki que, espada en mano, estará montado en un caballo blanco.
Esta tradición védica es al menos un milenio anterior al nacimiento de Cristo y, por tanto, al Apocalipsis de Juan de Patmos.
Los Vedas de la India dicen que la última encarnación de Vishnú, el último Avatara del actual ciclo temporal, es Kalki que, espada en mano, estará montado en un caballo blanco.
Esta tradición védica es al menos un milenio anterior al nacimiento de Cristo y, por tanto, al Apocalipsis de Juan de Patmos.
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