Bien pronto comprendí que el Camino de los Símbolos era el CAMINO por el que se expresa "lo inteligible" en el ámbito humano. El primer diccionario de símbolos que tuve fue el de Juan Eduardo Cirlot, en su quinta edición del año 1982. Me deslumbró, ciertamente, pero todavía lo hizo mucho más la enciclopédica obra coordinada por Jean Chevalier y Alain Ghherbrant, de la que tenía referencias en su edición original francesa por una conversación que mantuve, siendo estudiante de Periodismo, con el ensayista y cofundador del Círculo Junguiano de Barcelona, Juan García Font. Así que, en cuando se publicó en español (1985) me hice con un ejemplar que me ha servido mucho en mi Caminar.
Son, por supuesto, dos libros que aconsejo sin dudarlo un momento. Pero no son los únicos... Veinte años después me adentré en otros autores estudiosos de los libros, y en lo que respecta al simbolismo cristiano leí especialmente a Olivier Beigbeder (su pequeña gran obra "La simbología", en editorial Oikos.Tay" es destacable) y al gran Louis Charbonneau-Lassay.
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