Estando en el instituto, en COU, cuando teníamos 17 años , tuvimos un profesor de matemáticas muy atípico: don Vicente Munguía... Su mente era enciclopédica. Pues bien, recuerdo que, en una clase, nos animó a que leyéramos
El misterio de las catedrales, de Fulcanelli... Y dos o tres años después lo leímos mientras cursábamos Periodismo en Bellaterra (Barcelona)... Lógicamente, el libro siguiente de este autor que había que leerse forzosamente eran
Las moradas filosofales. Y así lo hicimos...
¡Caramba...! Resulta que los constructores y, en ocasiones, los patrocinadores de los edificios, cripticamente usaban la iconología de las catedrales góticas y palacetes góticos y renacentisas o neoclásicos para expresar, a sus colegas iniciados, diversos misterios de la
alquimia, un Arte Real para la transformación espiritual del ser humano.... ¡Pero en tanto argot alquímico yo, la verdad, me perdía..!
1 comentario:
Jajaja no solo tu te pierdes... Las Moradas Filosofales no conozco a nadie que lo haya leido y comprendido todo, con suerte se captan simbolos y enseñanzas... pero luego pasado los primeros capitulos uno queda perdido. Comparado con El Misterio de las Catedrales, ese se entiende más (se entiende en comparación con las Moradas, es decir uno queda menos colgado en el Misterio que con las Catedrales, jajaja)..
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