domingo, 29 de abril de 2012

Eunate, conclusiones arquitectónicas -2- ( Construida en dos fases)



Cronológicamente se viene datando la construcción de Santa María de Eunate y de su arquería perimetral en el último tercio del siglo XII.

Restauración de Eunate por Yárnoz. 1942
Luis M. Martínez Torres, experto en el estudio de la litología de Eunate,  considera que  "la roca empleada en Eunate procede del mioceno situado al norte del paralelo de Eunate.., como distancia media de transporte desde Eunate al centro cartográfico del litotecto se han medido 4 km. A partir de los planos y alzadas disponibles se ha calculado un volumen total de areniscas miocenas empleadas en Eunate de 3.000 Tm, lo que se traduce en aproximadamente 6.000 carretadas de 10 quintales (460 kgs)".  Si a este volumen canteril sumamos la complejidad de la bóveda ochavada y el añadido del claustro con su doble arcada y capiteles figurativos, está claro que la obra debió costar algo más de lo normal a un templo rural románico simple.

¿Quién lo pagó..?  José María Jimeno Jurío, el mayor historiador del enclave, estima que lo más probable es que quizás lo costease íntegramente la Cofradía de Santa María de Onate, que documentalmente desde sus Ordenanzas de 1487 –copia y adaptación de otras anteriores- “aparece siempre como autora, aprobadora y confirmadora de las ordenanzas, dueña propietaria de la iglesia y casa, y del terreno en que se alzan, llamado Unatermin, y como protagonista de los actos de culto y funerarios celebrados en aquélla”.  El documento más antiguo que se conoce de la existencia de dicha Hermandad, creada “a honor y serbizio de  la Virgen Santa María de Unat, et a honor et provecho de las animas de los Cofrades finados”, data nada menos que de junio de 1219.

Ahora bien, dado que en un documento fechado por Etayo en 1520 dice que “una reina muy rica” había mandado construir Santa María, y  dado que un siglo después, en 1607, un presbítero vecino de Obanos y cofrade de Eunate indica que el término redondo administrado por la Cofradía había sido de la fundadora de la ermita, y otro testigo afirmó que con esta dama "concurrieron en la fundación y dotación de la ermita y cofradía todos los cofrades", bien podría ser que el dinero saliese de ambos patrocinadores: la enigmática Dama Noble- reina de Eunate y la Cofradía. Así que el propio Jimeno Jurío llega a apuntar tal posibilidad: “Los Confrates de Onat serían propietarios de la iglesia y de sus dependencias desde la fundación, bien por haber costeado a sus expensas las obras de construcción, o por donación coetánea o ligeramente posterior, hecha por los fundadores, quizás la enigmática dama noble inhumada en el túmulo, de ser verdad la tradición”.

Partiendo de estas consideraciones y a tenor de lo expresado por Juan Antonio Quirós Castillo en su estudio arqueológico de la arquitectura de Eunate donde indica que la iglesia se construyó en dos fases claramente perceptibles a través de los dos niveles distintos en que se encuentran las marcas de cantería, sugiero que quizás la primera fase –la del arranque de las obras- fueron costeadas por esa Dama –fuese quien fuere- y la segunda por la citada cofradía. 

En la primera etapa, según Quirón Castillo, debieron participar cinco o seis canteros diferentes, “por lo que esta fase de la obra quizás pudo realizarse en tiempos breves”, y correspondería en su opinión “al ábside y los paramentos perimetrales hasta la altura de los arcos de descarga aproximadamente en los lados 1,9,11, así como en los accesos (lados 2 y 12); en los lados 3 y 10, en cambio, las marcas de cantería permiten pensar que el paño realizado en esta etapa alcanza la base de las ventanas abiertas en estos tramos”.  

 En la segunda etapa “se culminan los paramentos del octágono y se realiza la cúpula de la iglesia”, siendo dos las marcas de cantería (una ese y una eme, aunque hay en una ventana dos marcas nuevas canteriles que corresponden a una cruz y a una A y que no vuelven a repetirse en ningún lado). Por tanto en esta segunda fase “se podría pensar que interviene un grupo más reducido de canteros” (el cuadro de tales signos lapidarios que reproducimos aquí es del citado ensayista).  
 
 “No contamos con datos arqueológicos para saber cuándo se realizó la construcción, si entre las dos etapas de obra transcurrió mucho tiempo, o si sencillamente se produjo un cambio repentino de los maestros”, confiesa Quirón Castillo.

Este investigador, a su vez, considera que Santa María de Eunate fue parroquia de un núcleo poblacional que había en torno suyo, desechando así la opinión de Jimeno Jurío, que afirmó que tal poblado no existió ya que no aparece citado en documentos medievales, y sí aceptó que el enclave era una especie de coto o término redondo. Este coto redondo, dice Jimeno Jurío, era propiedad de la Cofradía de Santa María de Eunate, que existió hasta 1816 y cuyas Ordenanzas antiguas de 1487 publicara en su día.

 Tal coto redondo, estimo yo por mi parte, o bien era inicialmente de la Dama fundadora o lo era de los pueblos colindantes, a modo de terreno mancomunado que fue comprado por dicha Dama y que luego pasó a la Cofradía, o que fue donado por los pueblos a la Cofradía. 

Enlaces a ensayos sobre Eunate publicados en Soriaymas y sus blogs:

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