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| Crismón en la Puerta de las Platerías de la catedral de Compostela |
Reconozco que el crismón es, para mí, el símbolo esotérico más totalizador del cristianismo y, por ello, es el "más abierto" para interpretaciones no-cristianas debido a su "universalidad". Ello no quita que los
significados teológicos dados en el cristianismo sean inválidos puesto que son parte del conjunto total de interpretaciones posibles que la consciencia humana capta en el crismón y, por tanto, tienen su grado de validez y realidad psíquica.
Llevó muchos años meditando sobre el crismón aunque no de continuo sino "de vez en cuando".
El primer trabajo resultante de ello fue mi amplio ensayo publicado en Revista de Soria (nº 24, Primavera de 1999), titulado Consideraciones simbólicas sobre el crismón (págs. 8-37), con 90 notas bibliográficas. Para su época es probable que fuese el estudio más "amplio" publicado sobre el Crismón en España desde un enfoque simbólico y no "arqueológico-artístico-religioso".