jueves, 28 de enero de 2010

Catedral de Compostela en el Camino de Santiago (6)

Nos centramos aquí en dos castigos infernales a los lujuriosos, realizadas por el taller del maestro Mateo hacia 1180, que nos llevan a la escatalogía musulmana.





Puede sorprender a muchos que el Corán y los hadices (tradiciones orales referidas a dichos de Mahoma, finalmente escritas) son fuente iconológica de un buen número de imágenes relativas al Más Allá del románico, y, en menor medida, del gótico, pero es así. Incluso el gran Dante, en La Divina Comedia, hecho mano de la escatología musulmana del gran maestro sufi, y murciano para más señas, Ibn al Arabi, como demostró el jesuita Miguel Asín Palacios.

Incluso ese compendio de relatos heterogéneos -algunos de carácter esotérico- que es Las mil y una Noches, ha sido un referente iconológico en el arte cristiano medieval, como lo refleja, por ejemplo, la figura de la Portada de las Platerías que representa a una mujer que porta la cabeza de su amante, y que según se ha transmitido oralmente, fue cortada por el esposo, quien la ordenó que besara a la adúltera que besara dicha calavera dos veces al día, se encuentra narrada allí narrada, según el historiador de arte Manuel Guerra.

En cuanto a las dos dovelas de los lujuriosos que vemos abajo, están labradas ambas figuraciones en granito y conservan algunos restos de policromía. Proceden de la fachada occidental del Pórtico de la Gloria, en su portada lateral derecha, y se pueden ver en el museo arqueológico.

En la escatología musulmana medieval se especificó muy detalladamente los sufrimientos y gozos de las almas en el Más Allá, siendo fuente de inspiración para los canteros, como nos parece que es el caso. Así, según recoge Asín Palacios, en el libro escatológico de Samarqandi se dice que "los adúlteros serán picados y mordidos por serpientes en las partes de su cuerpo en que se besaron".

Así mismo, en el hadiz que narra Sa´id ibn Mansur (siglo IX) relativo a la Ascensión de Mahoma por los cielos hasta contemplar la Faz de Dios, en la visión que tiene de los infiernos llega a un paraje en el que a las mujeres les picaban los pechos unas víboras, y preguntando quiénes eran, se le responde: "Éstas son las que niegan su leche a sus hijos". Eran prostitutas.

Cabe reseñar, por otro lado, que hay investigadores que sostienen que tal imagen es la representación de la Diosa Madre Tierra de la mitología romana, amamantando a tales criaturas. Mas lo que está claro es que, en el Islam, muchísimo más cercano y próximo a la cristiandad europea, tal figuración se convirtió en la de la mujer lujuriosa castigada en los infiernos. Y ese parece ser el sentido más inmediato adoptado en estas figuras que vemos.

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