miércoles, 15 de diciembre de 2010

Peregrinación al centro del Sí Mismo

El pasado 26 de agosto falleció Raimon Panikkar. Uno de sus últimos libros, en coautoría con Milena Carrara, es Peregrinación al Kailasa y al centro del Sí, editado por Luciérnaga, cuya lectura aconsejo para todo peregrino auténtico, sea del Camino de Santiago sea el que sea, porque todos ellos no son sino proyecciones psíquico-físicas de la auténtica peregrinación hacia el centro de nuestro Ser.

El monte Kailasa es uno de mis grandes montes más amados, como lo es el Moncayo (entre las provincias de Soria y Zaragoza) y el monte de Ramana Maharsi, Arunachala. La peregrinación realizada por Panikkar y Carrara al himaláyico Kailasa y su lago Manasarovar duró veinticinco días en septiembre de 1994.

 "Propongo transferir al Kailasa la fuerza simbólica de una invariable humana: el hecho de caminar con el cuerpo,y, por lo tanto, en el tiempo y en el espacio, hacia la Plenitud", nos sugiere. En esta transferencia simbólica, el Kailasa pasa a ser considerado por Pannikar y su acompañante como "un templo del Absoluto".


Y Pannikar peregrinó hasta allí como "gesto ecuménico" en cumplimiento del deseo angelical de la natividad cristiana: "Paz entre los hombres". Y dice: "La peregrinación al Kailasa exige que se emprenda personalmente, libres de toda carga superflua, incluso ideológica", para inmediatamente señalar que la segunda transformación "ecosófica"  es encontrar "Paz con la Tierra". ¿Y qué es esto? Léamosle: "Si dijese que se va allí a morir, parecería algo horrible y, además sería falso. Pero explicar que se va allí adonde uno pertenece y donde no importa aceptar una 'requiens in pace' en el seno de la madre Tierra es algo completamente diferente. Comporta una transformación que he llamado ecosófica...".

Igualmente nos asegura que esta peregrinación "abre un tercer ojo, el 'tertium cognitionis genus', la experiencia de otra dimensión de la realidad".  Esta sincronicidad y la constatación interna del auténico peregrinar le impulsan a escribir estos versos:

"¿No puedes ir al Kailasa?
¡El camino interior es para ti triste alternativa!
¿Has ido al Manasarovar?
¡Inutil fatiga, tu camino!
Camino es tan sólo hacia el Sí Mismo,
el Sí Mismo y el viaje siendo uno,
como vieron el Buddha y Cristo.
Ve como si ino fueras;
renuncia como si no renunciaras.
Sin peregrinar sé peregrino,
peregrino hacia el No-Lugar:
¡aquí y ahora!"

La alumna y amiga de Pannikar en este peregrinar al Kailasa, Milena Carrara,  por su parte nos desvela que "una verdadera peregrinación comporta también la experiencia de la muerte: para mí se trata de la muerte de mi ego; para él [Panikkar], que ya lo ha vencido, se trata de enfrentarse a la propia muerte física (...) Una verdadera peregrinación representa el camino hacia el propio centro, la muerte del propio pequeño ser y la unión con el Ser universal.".

Todo lo demás, en mi opinión, es encontrarse todavía perdidos en el Mundo Imaginal y el imaginario conceptual. Mientras no se interiorice el caminar externo sincronísticamente con el caminar interno, es tontería dar un solo paso en cualquier peregrinación exotérica.

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